#AmigosdeOCC … hoy les queremos
compartir una historia muy interesante, en los tiempos de la dinastía Sung,
andaban por la ciudad de Hang-cheu los inventores de adivinanzas, vestían del
mismo color, aunque no se sabe cuál era. Sus costumbres eran jugar por dinero,
sin embargo, su honestidad era de admirar, ya que jamás se negaban a pagar
cuando alguien resolvía sus enigmas. De entre todos los artistas ambulantes,
los inventores de adivinanzas eran los preferidos de las muchedumbres.
Según se dice, las adivinanzas
eran siempre distintas y jamás volvían a usarse una vez que alguien las
resolvía. La más usual consistía en la descripción concreta de una cosa que en
lenguaje metafórico resultaba ser otra. El legendario Wang-li acuñó durante su
vida alrededor de setenta mil adivinanzas obscenas cuya respuesta era siempre
la misma.
Una de las más interesantes y la
preferida del maestro Hsu-t'ang Chih-yu es la siguiente: “Tiene patas, pero no
es un pez. Tiene dientes, pero no es un gusano. Es insignificante, pero no es
el emperador”. La respuesta, Li, el vendedor de limones.
Y aunque no lo crean
#AmigosdeOCC, estos ingeniosos peregrinos ocupaban un lugar en la corte, el emperador
se los otorgaba, y ellos le planteaban enigmas que lograra resolver, ya que de
no lograrlo era como si ocurriese un caos en las leyes de la naturaleza, y
hasta llegaban al extremo de dar por buena cualquier respuesta imperial. Imagínense
amigos si esto fuese así con las adivinanzas comerciales?..definitivamente,
ganarían muchos premios!!!
Lamentablemente, con la llegada
de los mongoles, la estrella de los inventores de adivinanzas se fue apagando,
y así fue como las dificultades de las adivinanzas se redujeron, un ejemplo de
ello es la siguiente: Brillo redondo soy de tus noches… Era muy fácil de saber
que se trataba de la Luna.
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y regálennos sus comentarios ;)